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Del periodismo transaccional al participativo: Involucrando a la comunidad en el proceso informativo

Las noticias como servicio y no como producto

 

Muchas cosas cambian en la industria de las noticias: la tecnología, la forma de atención, la pertenencia y confianza. Pero el papel de los periodistas se ha mantenido el mismo: Proporcionar información fiable. Y la gente aún está dispuesta a pagar por ello.

¿Cómo? Esto sigue siendo difícil de decir. Jeff Jarvis dice que hay reinventar la relación entre periodismo y las comunidades de personas (conocidos anteriormente como lectores). Debemos ver el lector como productor y una fuente de noticias en lugar de un receptor; como parte fundamental y activa de un mayor ecosistema y ​​no sólo un beneficiario. (1)

Si el contenido empieza allá donde están los intereses de los que crean el contenido, el servicio comienza donde están las necesidades de los clientes para lograr resultados. (2)

Hoy en día el contenido no es el producto final. Es una herramienta que utilizaremos para informar y servir a nuestras comunidades y sus miembros. Todavía tiene valor económico, pero ahora también tiene valor conocer al usuario: lo que le interesa, lo que sabe y quiere saber, donde vive, lo que hace – todas las señales que permiten a una organización de noticias ofrecer su mayor relevancia y el valor y ganar más lealtad, compromiso, y los ingresos a cambio. (3)

Jeff Jarvis explica que el periodismo debe pasar de verse como un producto, de contenido para masas a un servicio para comunidades y personas. Como gestor de una sobreabundancia de contenido dentro de una comunidad. (4)

Escuchar a una comunidad, discernir sus necesidades y pensar en la mejor manera de ayudarle a cumplir esas necesidades. Muchas veces esto derivará en contenido audiovisual pero también puede significar la conexión de miembros de la comunidad entre sí para compartir información.

Y para conseguir un servicio cosas como la pertenencia y el valor añadido son herramientas para crear esas relaciones entre periodistas y lectores. El contenido aporta información pero el servicio genera conocimiento y que el usuario se mantenga en tus espacios.

 

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Del transaccional a participativo: Nuevas posibilidades en el proceso de elaboración de las noticias

Esto va más allá de tener una sección de comentarios. La tabla de la ex jefe de la participación digital del The Guardian, Meg Pickard sintetiza de forma clara los huecos que se hay por explotar. (5)

Dice Stearns que las redacciones de periódicos comprendían su información como una transacción: me das información, te doy periodismo. El giro debía darse a la hora de elaborar los lazos entre redacción y comunidades. El proceso de participación no sólo debe ser después de leer la noticia. (7)

Más allá que comentar noticias: Cuando para algunos cerrar la posibilidad de comentar en los medios parece que es algo medianamente normal, evitando un nido de extremismos y de gestión molesta, en Der Correspondent animan a los periodistas a hablar, a funcionar como líderes de conversación de los miembros o de colaboradores expertos. (8)

Entre las propuestas enumeradas por DC, está la construcción de relaciones entre lectores y periodistas. Fortalecer el compromiso del lector dando presencia a usuarios expertos en el campo en que se trata la noticia, alentando a los lectores a contribuir con ideas, con experiencias propias y no con opiniones.

Con demasiada frecuencia, nos volvemos a las mismas voces buscando respuestas. Esto debía cambiar para elaborar una mejor escucha gracias a la tecnología actual, encontrar nuevas fuentes y en busca de nuevas perspectivas, escuchar a las prioridades del entorno del cual elaboramos la noticia. (9)

En los enlaces leídos para hacer el post todos piden crear una mejor infraestructura para capturar lo que oímos, de como lo sintetizamos y medimos. Pero escuchar es una forma de compromiso que no puede ser capturado fácilmente en cuadros de mando de análisis, por lo que necesitamos nuevas formas de reconocer el papel de los usuarios y comunidades que participan.

Nombres reales, espacio para una bio y sólo los miembros con la posibilidad de escribir en el site es la fórmula que funciona en este medio holandés. Que el medio posicione los mejores comentarios, que los periodistas sean parte activa de lo que se derive después y que haya un seguimiento de la influencia en la comunidad y orbitales de la noticia. Ver el debate que genera y como impacta. Saber en que debates ha derivado y que nuevas preguntas y soluciones se gestan a raíz de la noticia madre. Ahí está una de las claves para la fidelidad e influencia en las comunidades.

Si, tenéis razón. Esto, con un volumen manejable de usuarios, se presenta interesante para el medio. El problema se plantea cuando por volumen y también por no filtrar entre miembro y no miembro el listado de comentarios a gestionar se vuelve no manejable*.

 

 

Que la participación de la comunidad puede “distorsionar” la supuesta neutralidad del medio no es un problema nuevo

 

 

En la actualidad, si las dependencias y potenciales presiones venían de los inversores y de los anunciantes, ahora también llegan de forma clara de parte del los lectores expone José Cervera. (10)

Si bien en todos los modelos de negocios de medios de comunicación están sujetos a las críticas por parte de sus consumidores, los medios que se apoyan en la colaboración y suscripción ven con más atención la opinión del lector que financia o el que sólo consume pues podría influir sobre la totalidad de los que pagan.

El modelo que se sirve de un inversor mayoritario, que aseguraba una continuidad editorial tampoco es perfecto. Los propietarios también influyen aunque sea indirectamente. El factor autocensura por la posibilidad de perder un inversor o una marca publicitaria también era una razón para moderar las noticias.

Los socios, suscriptores, mecenas o similares, al igual que los grandes inversores, son fuente de nuevo un conflicto editorial*. Eldiario.es, por ejemplo, se ha visto en algún conflicto entre los suscriptores y la línea de algunos de sus periodistas, cosa normal cuando medios como este, Materia o Lamarea se apoyan bajo nombres de periodistas estrella como podría ser Ignacio Escolar o similares (Ezra Klein, Nate Silver), con una línea ideológica identificable y algunos periodistas del medio exponen versiones o observaciones que no son «propias» del medio.

Nada nuevo bajo el sol. Cuando en los medios “pre-internet”, la exposición era más tenue (cartas al director y seleccionadas), ahora nos encontramos que la presión se puede expresar con facilidad y agilidad.  Los que pagan no son sólo clientes, sino que se sientes copropietarios, de ahí que tengan más interés en promover sus contenidos a la vez que revisar la línea editorial del medio.

Medios como El País, El Mundo, ABC o La Razón también son criticados en redes sociales pero la capacidad de influencia sobre la estructura de los medios de comunicación son menores.

Si tiramos de la cuerda, esta legitimidad para opinar (por parte de los suscriptores) puede derivar en uniformización ideológica del medio, arrastrar la línea editorial a posiciones populistas*. Nada más lejos de las posiciones que podíamos ver en los periódicos con grupos de grandes accionistas detrás cuando controlaban la agenda pública, la exposición de las noticias y las “familias” de propietarios ejercían su influencia de forma más silenciosa.

Es en este momento en que los medios deben fomentar mecanismos, herramientas o similares para exponer a los suscriptores que seguir una línea editorial provoca una visión túnel a nivel informativo. Está la fidelidad, el contenido exclusivo y formación del lector que son algunas de las formas que el medio puede ofrecer al lector medio no salte a la primera que vea una opinión que difiere de la suya.

Por último anotar que, con la actual tendencia de las plataformas sociales o empresas como Apple y Google, de decidir que es noticia, estas formas participativas de elaborar y gestionar noticias se presenta una alternativa para poner sobre el tablero de la actualidad lo que es relevante para lo que se llama «agenda pública» de la sociedad.

 

* Preguntas por responder:

  • ¿Se considerarán «partidistas» o sesgadas aquellas noticias que son elaboradas en común por comunidades concretas? ¿Cómo incluyes una visión que da otra versión de la aportada por la comunidad?
  • ¿Cómo debe ser la respuesta de los medios con suscriptores a éstos cuando muchos se posiciones contrarios a la versión de los periodistas del medio?
  • ¿Cómo se puede gestionar el feedback de la interacción de medios que congregan gran volumen de usuarios y sus correspondientes opiniones o experiencias?

 

 

 

 

Enlaces utilizados:

Ilustraciones: Miguel Montaner

1.- The beta version of a new business model for news

2.- Content vs. service in media & education

3.- No mass media

4.- A degree in social journalism

5.- Building Journalism With Community, Not For It

6.- Five Kinds of Listening for Newsrooms and Communities

7.- Why we see journalists as conversation leaders and readers as expert contributors

8.- Explanatory news startup aims to build a new type of online community

9.- For journalists, interacting with readers isn’t just good practice — it could mean survival

10.- El periodista creador de empresas (y sus miserias)

3 respuestas a «Del periodismo transaccional al participativo: Involucrando a la comunidad en el proceso informativo»

¡Muchas gracias por el artículo! Cada vez es más difícil encontrar comunicadores que recuerden la necesidad de escuchar e interactuar con el lector por las razones que comentas, que se pueden resumir en una: «miedo a que se les vaya de las manos».

A tu pregunta «¿Cómo se puede gestionar el feedback de la interacción de medios que congregan gran volumen de usuarios y sus correspondientes opiniones o experiencias?», a mi se me viene a la cabeza el modelo de las webs colaborativas (estilo Asco de Vida) en las que son los propios lectores los que, si quieren, se pueden convertir en moderadores. Si bien es cierto que no se puede ser tan permisivo, la idea sí que me sugiere un modelo en el que, en un principio, sean los redactores quienes se encarguen de moderar los comentarios y puntuar a los comentaristas, y cuando esto se vuelva ingobernable, delegar en los comentaristas con mayor puntuación, que serán los que tengan mayor credibilidad por parte del medio.

No sé si sería plausible pero es una idea que en la web ya está funcionando y, convenzámonos de una vez, los medios de comunicación digitales no son islas incomprendidas, son iguales a todos, al fin y al cabo no dejan de ser webs, ¿no?

Hola Aroa, primero quiero agradecerte el comentario y pedir disculpas por tardar en contestar.

La propuesta que haces es muy atractiva y puede dar juego y generar «ambiente» en los entornos propios del medio. De hecho, veo esta fórmula en el conglomerado de blogs de Weblogs SL, que se «autogestionan» gracias a la comunidad y a una puntuación de los registrados.

Yo también creo que los periodistas pueden dedicar un tiempo al post y aparecer a modo de «moderadores generales» y seleccionar comentarios relevantes (intentando abarcar el máximo de opiniones. Así, la noticia consigue más relevancia, se extiende en el tiempo y mejora su contexto.

Ahora bien, cuando la cosa se va de madre -y es aquí donde está el miedo de los grandes medios- delegar en los usuarios puede ser bueno y malo. Bueno por que aparecen los supporters del medio y periodista para aportar información. Malo por que puede derivar en posiciones antagónicas, en una batalla de extremos cuando es desde la serenidad que se ha propuesto la noticia. Pero de esto va el juego de acoger una comunidad de usuarios: de conocer sus intereses, manías, odios y predilecciones.

Lo de «los medios de comunicación no son islas incomprendidas» resume muy bien lo que comentábamos: Los medios saben que arrastran supporters y haters a sus espacios. Dotarlos de herramientas para que intervengan y aporten información puede (y debe) ser una fórmula para que se creen relaciones interesantes y nuevas que tengan el medio como punto en común e iniciático. Si no hacen eso, no se promueve el sentimiento de pertenencia (el deseo de volver) y los medios son «simples webs» donde leer y después ir a las redes sociales a soltar la opinión.

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